Si Dios existiera o existiese y nos pillara confesados, pues aún tendría un pase. Pero claro, Dios no existe y eso nos deja un poco más huérfanos. Todo esto viene a cuento de la presentación de ACiP, el nuevo partido de Ponteareas, en particular por su sopesada autodefinición, pues pretenden ser un partido sin ideología política definida.
Y me pregunto yo, ¿eso cómo se come?. ¡Qué sin sentido tiene un partido político sin ideología! (yo iría aún más lejos: ¡qué sin sentido tiene un partido político!, pero eso merece una reflexión más profunda). Digo yo que ¡algo pensará esa gente!, ¡alguna opinión tendrán de cómo gestionar los asuntos de un municipio! (siempre y cuando su objetivo sea gestionar asuntos y no otro tipo de menesteres).
En fin, que no salgo de mi asombro, aunque ya deberíamos estar acostumbrados a improperios varios.
Y para terminar, decirles a esa gente sin ideología que no sean tan pedantes alengando que son el partido de la ciudadanía. Porque yo, perteneciendo estadísticamente a ese género, me niego rotundameante a que me incluyan dentro de su masa amorfa; ¿está claro?
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